Ordem e Progresso

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Bélgica y Colombia están en boca de todos, algo impensado dos años atrás. Llueven las comparaciones, los motes de “revelación” o “sorpresa”,  los diarios y portales deportivos no se cansan de llenar páginas hablando del “boom” de la selección belga en Europa, y de la colombiana en Sudamérica.

Esto no sorprende, ambas selecciones cuentan con una camada de jugadores jóvenes que se destacan en las grandes ligas europeas, hicieron una eliminatoria impecable, y ambas tienen a la cabeza un líder ideal para lidiar con jóvenes talentos, como lo son Wilmots y Pekerman, quienes dan una importancia fundamental a la calidad humana y la unión del grupo.

Lograron transformar en realidad lo que, al comienzo de las eliminatorias eran promesas, sostenidas por la calidad del juego demostrado en sus compromisos y la envergadura de algunas de sus figuras, protagonistas en la elite del fútbol mundial. Se sobrepusieron a la presión y cumplieron con el tan ansiado objetivo de regresar a la cita mundialista, lo que Bélgica no conseguía desde el 2002 y Colombia desde 1998. Fue tan bueno el trabajo de ambas, que el objetivo lo lograron con creces, ya que, al ubicarse en el 5º y 4º lugar del ranking FIFA respectivamente, consiguieron el plus de entrar como cabezas de serie al Mundial

El fervor se puede palpar en las calles. Cuando la Real Unión Belga de Fútbol sacó a la venta las entradas para el partido contra Colombia, se agotaron en tan sólo dos horas. Esta selección despertó un fanatismo inédito para un pueblo tan heterogéneo como lo es el belga. La empresa Havas Media estimó que uno de cada tres belgas vio por televisión la victoria de Bélgica sobre Croacia por 2-1, que significó el pasaje a Brasil. Más de 40 mil fanáticos presenciaron el entrenamiento posterior al triunfo en Zagreb.

Ahora, el fanatismo se trasladó a los protagonistas. De uno y otro lado se tiran flores, elogiando el momento del rival. Siguiendo el juego mediático, se pelean por ver quién respeta más al otro. Pekerman dijo que Bélgica “tiene una de las mejores generaciones de futbolistas de su historia” y que este tipo de partidos le sirven para “medirse ante grandes equipos mundialistas de gran nivel”. Wilmots no quiso ser menos y manifestó que Colombia “es uno de los favoritos para el Mundial, no tiene nada que envidiarle a Argentina o a Brasil”, y hasta tuvo tiempo de hablar de Falcao, a quien calificó como un “verdadero guerrero”, con un “olfato de gol increíble”.

Pero, hablemos de lo que realmente importa. ¿Cómo llegan los Waffles al partido?

Wilmots aclaró de que por más de que sea un amistoso, este partido sirve como preparación, para evaluar en dónde está parada Bélgica de cara a la Copa del Mundo. Por eso, ya avisó que el principal objetivo es ganar y que no se va a guardar nada.

Físicamente el equipo no llega de la mejor manera. Bakkali se bajó de la convocatoria por una lesión en el tobillo, y ya quedaron descartados para el partido contra Colombia Lombaerts, Chadli y Courtois. Además, Vermaelen, Hazard y Vossen estuvieron entrenando diferenciados por distintas molestias, aunque se prevé que estarán disponibles para el partido. Tampoco hay que olvidar que Fellaini viene acarreando una lesión en la muñeca, que no lo impide jugar, y que quedó afuera de la lista por lesión Gillet, reemplazado por Thomas Meunier, lateral derecho de 22 años que juega en Club Burgge, y que fue citado a la selección mayor por primera vez. Esta decisión fue polémica, ya que se especulaba con la citación de Cavanda, que viene jugando en gran nivel en Lazio, pero al parecer ni siquiera fue tenido en cuenta para la Sub21 debido a su “actitud” (de ahí que se ganara el apodo de “Carlitos” Cavanda).

En cuanto al equipo, la única certeza es la presencia de Mignolet en el arco, a quién Wilmots anunció como titular para los dos amistosos a través de su cuenta de Twitter, y que ahora con la lesión de Courtois parece más que obvio. No se esperan muchas sorpresas, aunque Wilmots dijo es una buena oportunidad para experimentar tácticamente, y no descartó la presencia de Lukaku y Benteke juntos en ataque. Este año, jugaron 43 minutos juntos en el amistoso que Bélgica le ganó 4-2 a Estados Unidos (doblete de Benteke) y también compartieron los últimos 8 minutos de la victoria de Bélgica 2-1 sobre Serbia.

La cita es a las 21:00 horas, horario local, en el estadio Rey Balduino, de Bruselas. Esto significa que a las 17 horas de Argentina, vas a tener la oportunidad de disfrutar de un partido de alto vuelo, y te conviene aprovechar ahora para ver a estas selecciones, porque en un par de meses no vas a querer esucharlas nombrar más, si es que todavía no te hartaste. Transmite ESPN.

Todo el ruido y todo el color que hay alrededor de las dos selecciones no nos afecta en lo más mínimo a nosotros que, desde acá, seguimos firmes junto a los Waffles. Y no se preocupen que nosotros sabemos diferenciar muy bien a los incondicionales.

Ah, y no nos olvidemos del potencial debut de Eder Álvarez Balanta con la mayor.

Por Joaquín Mosquera  (@joaquinmosquera)

Amor a primera vista

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Con tan sólo 20 años, Romelu Lukaku ya se perfila como uno de los mejores delanteros del momento.  La semana pasada le llegó su consagración en la selección, luego de marcar los dos goles de la victoria de Bélgica por 2-1 sobre Croacia, que le otorgó a los Diablos Rojos el pasaje al Mundial de Brasil 2014, tras 12 años de ausencias en la cita mundialista. Pero, este nivel no es sorpresa, ya que lo viene demostrando partido a partido desde su llegada a Everton.  En tan sólo cuatro partidos, Lukaku logró meterse en el bolsillo a los hinchas Toffees en el bolsillo. El belga parece ser esa pieza que le faltaba a un equipo bien armado como lo es el de Roberto Martínez; un goleador. Pero Lukaku es más que simplemente un goleador, y es por eso que encajó a la perfección en su nuevo club.

Ya la temporada pasada, tras diez años al mando del equipo, David Moyes logró imponerle un estilo de juego marcado al Everton, el cual mejor o peor ejecutado, se notaba a la perfección en cada partido de su equipo.  Una mitad de cancha poblada y la búsqueda por las bandas son los pilares de ese estilo de juego.  Intentando jugar la pelota por abajo con pases cortos, pero con el pelotazo largo como una opción para saltear líneas ante una presión alta. Es que Moyes se dio cuenta del potencial de Fellaini y decidió armar un equipo alrededor del belga. Lo soltó de la contención, dejando esa tarea para jugadores como Gibson y Osman, y lo puso a jugar de mediapunta, entre los mediocampistas y el único delantero que utilizaba en su esquema –Jelavic o Anichebe.

El juego de los Toffees se apoya mucho en los laterales, especialmente en el tándem que generan Baines –el mejor lateral izquierdo del planeta- y Pienaar por izquierda, pero también con las escaladas de Coleman por derecha, donde se junta con Naismith o con Mirallas. Cuando la presión del rival ahogaba la salida por abajo, el recurso era el pase largo buscando aprovechar la altura de Fellaini, un especialista en aguantar pelotas y abrir el juego.

Este equipo hizo una gran temporada, terminando sexto con 16 triunfos, 15 empates y tan sólo 7 derrotas. Estuvo peleando para meterse en puestos europeos gran parte del campeonato, pero finalmente terminó a 9 puntos del Tottenham, que logró clasificar a la UEFA Europa League.

Yendo a los números, vemos que la gran cantidad de empates es una de las claves por las que el Everton se quedó fuera de las competencias europeas, y aquí es donde pesó la falta de un goleador, de esos que te ganan partidos.

El máximo artillero de los Toffees en la Premier League 2012/13 fue Fellaini con 11 goles. De los delanteros,  Jelavic anotó 7 y Anichebe y Mirallas 6 cada uno.  Sin embargo, esta falta de un goleador no es una novedad en Everton. Para encontrar un delantero con 15 goles o más en una temporada hay que remontarse a la Premier 2007/08, en la cual el nigeriano Yakubu metió 15 tantos en 29 partidos. Después vinieron delanteros como Saha, Jo, Beckford y hasta el nefasto Denis Stracqualursi, pero sólo Saha logró pasar la marca de los 10 goles, cuando anotó 13 en la 2009/10.

Se preguntarán cómo encaja Lukaku en todo esto ¿Por qué decimos que el belga es el goleador que el Everton no encontró en delanteros como Anichebe o Jelavic? La respuesta más fácil para estos interrogantes sería remontarse a los números.  La pasada Premier el belga jugó a préstamo en West Bromwich Albion donde convirtió 17 goles en 35 partidos, ganándose su lugar por encima de delanteros como Markus Rosenberg, Shane Long y Marc-Antoine Fortune. Con estas 17 conquistas marcó su record personal de goles en una temporada, ya que en Anderlecht había marcado 16 en la temporada 2010/11 y 15 en la 2009/10, consagrándose como goleador de la liga, en lo que fue su primera temporada como titular, con tan sólo 17 años.

De todos modos, la respuesta parece estar más allá de los números. Es que las impresionantes cifras del joven belga son un fruto de sus características y sus habilidades. Y son justamente sus cualidades técnicas las que lo llevan a representar un salto de calidad respecto a delanteros como Jelavic y Anichebe. Porque estos dos últimos son delanteros de área. El croata muestra buenos movimientos dentro del área, donde puede sorprender amagando y definiendo con calidad, pero parece ser víctima de las rachas típicas de un goleador que, o le salen todas, o no le sale ninguna. Pero es poco lo que aporta al juego del equipo. Lo mismo para el nigeriano, que se destaca por su fortaleza física, aguantando pelotas y generando peligro por la vía aérea, pero sus recursos técnicos son muy limitados. Ninguno de los dos muestra su mejor versión cuando hay que salir del área para jugar de espaldas, volcarse a los costados, retrasarse para asistir a los volantes que llegan o arrancar con pelota dominada desde el mediocampo.

Aquí conviene hacer un paréntesis, y antes de remarcar las cualidades de Lukaku hay que señalar que, desde la salida de Moyes, Roberto Martínez reconoce el trabajo hecho por el escocés y está siguiendo por un camino similar, pero buscando imprimirle su impronta al equipo. Desde su llegada al club en junio de este año, el español fue consciente de que hasta el cierre del libro de pases, las probabilidades de que Fellaini dejara el equipo eran altísimas. Es por eso que prefirió armar un equipo que no dependiera por completo del belga y decidió darle un rol más complementario. Luego de tres empates seguidos en el comienzo de la liga, parecía que este nuevo Everton iba a ser más de lo mismo y, encima, en el cierre del mercado de pases apareció el Manchester United con 27,5 millones de libras y se llevó a Fellaini. Martínez presionó para traer un reemplazo y, de paso, utilizar el dinero para traer los refuerzos que necesitaba para darle su toque al equipo. Repatrió al irlandés James McCarthy, una de las figuras de su Wigan la temporada pasada, incorporó un 5 de corte de experiencia como lo es Gareth Barry, para darle equilibrio a una mitad de cancha con jugadores ofensivos como Osman, Barkley y el propio McCarthy, y logró la cesión de Lukaku, relegado en Chelsea luego de la llegada de Eto’o y después de haber fallado el penal decisivo en la Supercopa Europea ante Bayern Munich.

Los números lo avalan, Lukaku es un goleador. Pero, ya lo demostró en WBA, es más que un goleador. Dentro de los 17 goles que marcó la temporada pasada, se pueden encontrar goles de penal, de cabeza, de rebote y hasta de jugadas personales con definiciones exquisitas. Tiene el porte físico de Anichebe, pero a eso le agrega una habilidad impresionante para un jugador de su tamaño y una precisión notable en la definición. Un equipo al que le gusta tener la pelota y jugarla por el piso, necesita un delantero que se acople a esta circulación y aporte no sólo goles sino juego. El belga es ideal para ese rol, ya que le gusta salir mucho del área, juega bien de espaldas al arco, utilizando su físico para bancar la marca y su buen pie para pivotear. Lee bien los huecos de la defensa y cuando tiene espacios aprovecha su potencia y habilidad para generarse ocasiones de gol. Además, su buen juego aéreo y su olfato de gol son fundamentales para un equipo que llega mucho por los costados.

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Hizo su presentación en la quinta fecha contra el West Ham, ingresando a los 46 minutos por Jelavic. Con un cabezazo suyo a cinco minutos del final, Everton ganó 3-2 y se llevó su segunda victoria en el campeonato, luego de ir abajo dos veces en el marcador. En ese partido Lukaku completó 20 pases de 26 y mostró su capacidad para moverse por todo el frente de ataque. Pero si en su estreno sorprendió a más de uno, su debut como titular ya iba a ser consagratorio. Al partido siguiente Martínez no dudó en ponerlo de titular y el belga le pagó con dos goles y una asistencia en 37 minutos. Everton se fue al entretiempo 3-0 arriba sobre Newcastle, en lo que fue una de sus mejores actuaciones en años. En el segundo tiempo los Tofffees aflojaron un poco el ritmo, terminaron llevándose la victoria por 3-2 y Lukaku recibió su primera ovación en Goodison Park. Sumándole el golazo que metió en la derrota 1-3 ante Manchester City, Lukaku lleva 5 goles y una asistencia en los 8 partidos jugados con la camiseta del Everton.

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Wilmots tiene razones para estar contento. En tan sólo tres partidos Lukaku demostró ser la pieza que le faltaba al esquema de Bob Martínez, y encima está demostrando entenderse a la perfección con su compatriota Kevin Mirallas. Si éste logra continuidad en su nivel, Baines y Coleman siguen haciendo destrozos por los costados, Pienaar recupera el nivel del torneo pasado y los pibes Barkley y Deulofeu consolidan su enorme talento, Lukaku se va a cansar de hacer goles en su nuevo equipo.  En una Premier League que ha mostrado una paridad inusual en estas primeras jornadas, los hinchas del Everton tienen motivos para ilusionarse con estar en la pelea. El joven belga tiene todo para ser esa figura que el equipo estaba necesitando, aunque su pase pertenezca a Chelsea, a dónde debería volver al finalizar la temporada. Pero esa es otra historia, y por lo pronto, en Everton,  Lukaku tiene la posibilidad de dar el salto de calidad y llegar de la mejor manera a Brasil.

Por Joaquin Mosquera (@joaquinmosquera)