El OCD belga no daba más. El partido lo frustraba. No era el problema de viajar a Estados Unidos 8 días antes de jugarse una nueva final hacía Brasil contra Serbia. No eran los 28 jugadores convocados. No era la baja de Eden Hazard, en duda para las eliminatorias. Eran esos 11 minutos. Porque, todos sabemos que un partido de fútbol empieza en punto, y cuarto, y media o menos cuarto. Todos menos los yankees, que de fútbol saben tanto como de asados.
Así fue que a las 09:11 PM de Argentina, 02:11 AM, tras asegurar la no interrupción del horario Prime Time publicitario norteamericano, llegó el puntapie inicial. Twitter nos entregó un delicioso público americano, esperanzado por Howard; Cameron, Gonzalez, Goodson, Beasley; Zusi, Jones, Kljestan (del Anderlecht campeón), Davis; Dempsey, Altidore. Después leyeron a la Opo: Mignolet; Vertonghen, Vermaelen, Kompany, Alderweireld; Defour, Fellaini, Dembèlè, De Bruyne, Mirallas; Lukaku.
Leímos tuits como este:
El miedo fue justificado a los 5 minutos. Pase largo que la defensa yankee vio pasar con la misma pasividad que filma UFO’s, De Bruyne la mató con el pie y la cortó para Lukaku. Howard salió rápido al cruce, pero no contó con el peor golpe: el golpe amigo. Arteramente, Kevin Mirallas, su compañero en Everton, picó corto y certero con una sola misión, hacer magia. Toque Panenkiano a la red.
Estados Unidos encontró el empate que cerraría el marcador en el primer tiempo. Dos cabezazos en el área. Todos solos. Como los chicos del Sub-21 ante Brasil, todos miran la pelota, incluido Mignolet. La esperanza tenía gusto a Budweiser.
El segundo tiempo encontró a una Bélgica cagada a pedos alentada por su comprensivo técnico, Marc Wilmots. 10 minutos y Benteke empujó el pase atrás ante la mirada de una defensa que sigue pensando que Bélgica es una provincia de Canadá. Asistencia de Kevin «Te Amo» De Bruyne.
Menos de 10 minutos más y De Bruyne aprovechó otro error defensivo para mandarle un centro a Fellaini. Gol de Fella. Necesitaba un partido así con Wilmots. 3-1, baile, Estados Unidos piensa en desafiliarse de la FIFA.
Minutos más tarde Defour expone nuevamente una debilidad americana: el pase largo. Resulta increíble pero, a la vez entendible. Pasaron tanto tiempo tratando de captar el sentido de «usar los pies» y «llevar la pelota por el piso», que cuando uno cruza pelotas, usando su pierna cual brazo de Quarterback, las aguilas se quedan sin reacción. Defour, decíamos, encontró con un lindo pase a Benteke que, ante la salida de Howard, emboquilló la pelota sobre la inmensidad del golero. 4-1, traigan crema, Waffles sobran.
El minuto 76 da una de las mejores impresiones sobre la debacle americana. Lo extraigo directamente del Guardian:
76 mins
The stadium crowd sounds understandably subdued.
Gillet, who’s on for Kompany, tries to sprint round the outside of the US defense. Beasley blocks his run, but looks to have injured himself in the process.
El descuento americano, un penal localista e inventado, es anecdótico. El daño ya estaba hecho. Dries Mertens (el super suplente), Timmy Simons y Thorgan Hazard ingresaron en el complemento. El hermano de Eden tuvo su merecido debut en la selección, tras una inmensa campaña al mando del juego del Zulte Waregem. Vermaelen, sin embargo, salió por precaución con una molestia en el muslo izquierdo.
¿Lo positivo de cara a Serbia? Los delanteros respondieron, si bien Lukaku no marcó. De Bruyne tiene que ser titular. Ya sea en el trinomio del mediocampo (donde se le nota un potencial mayor) o como extremo acompañando a Hazard. Fellaini sumó 90 minutos con el visto bueno de Wilmots y marcó de cabeza. ¿Mignolet? Es una buena opción y tiene menos de 25 años.
Serbia espera en Bruselas. El 7 de Junio sigue la ilusión de el pueblo belga, y de Waffles para todos.
Goodnight.