Bélgica explotó al máximo sus virtudes y aprovechó los espacios para golear a Irlanda por 3-0 con un doblete de Lukaku y uno de Witsel. Un poco de aire y algo a lo que aferrarse tras el pésimo debut.
La derrota por 2-0 contra Italia en el debut de la Euro 2016 sembró un mar de dudas en la Selección de Bélgica. Muchos de esos problemas ya venían asomando en los últimos partidos, pero una caída tan contundente en un partido tan importante los deja más en evidencia.
Lo más sorprendente fueron las declaraciones de Wilmots después de la presentación, satisfecho con la tarea de los suyos y hasta menospreciando lo hecho por el rival. Pero Marc no es ningún idiota y, como creímos, la autocrítica la hizo puertas adentro.
Los cambios que dispuso hoy son prueba de ello. Bélgica tuvo la pelota pero no tuvo profundidad contra Italia: entraron Meunier por Ciman para aportar proyección por derecha, Dembélé por Nainggolan para darle salida al equipo en el medio y Carrasco por Fellaini para liberar a De Bruyne y que sea el del Atlético de Madrid el que haga la banda. Wilmots había calificado como excelente el partido de Fellaini contra Italia, pero en el fondo se dio cuenta lo que todos. Algo que nos duele decir: el de los rulos hoy es más un problema que una solución para este equipo. Ha sido un jugador fundamental para Bélgica, pero hoy su presencia en la cancha termina llevando a sus compañeros a buscarlo constantemente por arriba y se limitan a tirarle centros a la torre.
Hoy la jerarquía del rival era otra, y los Waffles sacaron provecho de ello. Durante el primer tiempo, monopolizaron la pelota, aunque casi sin lastimar. Circulación de lado a lado, pero sin desmarques ni pases entre líneas. El único que tiró una diagonal fue Carrasco y terminó en gol, pero lo anularon porque estaba un paso adelantado. La otra clara la tuvo Hazard en un buen contragolpe, pero la desperdició. De todos modos, Bélgica nunca entró en la desesperación. Con aciertos y errores, fue paciente.
En el complemento, el equipo explotó al máximo sus virtudes y Lukaku demostró que a pesar de haber mejorado sustancialmente su juego como pivote, lanzado en velocidad, con espacios, es letal. Un contraataque iniciado por Rom y conducido por De Bruyne terminó en una excelsa definición del goleador a los 48′ para el desahogo. Wilmots lo bancó tras el mal partido contra Italia y él le devolvió la confianza con el gol y posterior abrazo en el festejo. Los minutos siguientes al 1-0 fueron de desconcierto. Dembélé salió lesionado (entró Nainggolan por él) y Bélgica perdió la pelota. Irlanda apretó y volvió a dejar espacios, pero los nuestros prefirieron planchar el juego, casi como si fuesen los últimos minutos. En eso apareció un desborde por derecha, un gran centro de primera de Meunier y un preciso anticipo de cabeza de Witsel, más liberado con el ingreso del Ninja, para pone el 2-0 y comenzar a sentenciar la historia a falta de media hora. El gol dejó en claro que Axel se siente más cómodo jugando como box to box, y no de 6, por delante de los centrales. Otro contragolpe letal, con una gran corrida de Hazard y definición de Lukaku fue el 3-0 definitivo a los 70′.
Un resultado que despeja un poco los fantasmas del debut y sirve no solo para ganar confianza y seguir con vida en la Euro, sino también para entender cuál es el camino a seguir. El juego vertical y de contragolpe es lo que le conviene a este equipo. Aprovechar cuando el rival deja espacios, y sino generarlos vía la presión en la mitad de la cancha, algo que hoy tampoco se vio mucho.
Respecto a rendimientos individuales, la defensa estuvo muy sólida, con muy buenos anticipos de Toby y Vermaelen, que le hicieron la vida imposible a Shane Long. La entrada de Meunier fue importante, Bélgica necesitaba un lateral con recorrido. También lo fue el ingreso de Dembélé, el único mediocampista creativo que tiene este plantel (esperemos que no tenga nada grave en el tobillo). De Bruyne estuvo impreciso hoy y perdió muchas pelotas, pero siempre es clave. No tuvo su mejor partido, pero eso no evitó que pusiera tres pases de gol y uno terminara efectivamente convertido por Lukaku. Para destacar también lo de Hazard. En el último año maduró mucho y es cada vez más influyente en esta Selección. No se esconde, las pide todas y hoy fue el conductor del equipo. Le pedirán el desequilibrio que muestra en la Premier, pero la realidad es que está jugando a 40-50 metros del arco rival y entiende que a veces necesita cargar con la responsabilidad y generar espacios para que los ataquen sus compañeros. Y qué decir de Lukaku, una bestia que tiene el gol entre ceja y ceja y si le das medio metro no te perdona.
Devil of the match : @RomeluLukaku9 ! #devilofthematch #belirl #tousenfrance #luminus pic.twitter.com/TgpJq745bx
— BelgianRedDevils (@BelRedDevils) June 18, 2016
Por Joaquín Mosquera (@joaquinmosquera)