Un mal que se traslada. Un análisis de un partido que se jugó hace 4 días. Bien podría obviarlo, y pasar directamente a la previa de lo que será un interesantisimo choque por Octavos de final.
Pero lo prometido es belga. Y un waffle siempre paga sus deudas.
El Jueves, hace una vida atrás, Bélgica cerró su participación en el Grupo H enfrentándose a Corea del Sur. Wilmots paró a Courtois; Vanden Borre, Van Buyten, Lombaerts, Vertonghen; Defour, Dembele, Fellaini; Mertens, Januzaj, Mirallas. Una primera lectura arroja a simple vista el recambio. En el último partido de su grupo, en posición de decidir quién sería su rival en Octavos, Wilmots puso 6 suplentes. Wilmots jugó sin delantero. Januzaj debutó, finalmente.
El primer tiempo mostró a una Corea organizada que llegaba al arco con remates de media distancia y centros incesantes. Courtois, como siempre, se calzó los guantes y despejó todo tipo de dudas. El equipo era un desorden, así y todo, Bélgica tuvo sus situaciones. Mertens, quién siempre tiene que arrancar desde el banco, no puede maximizar su talento. Un enganche de más, y siempre para alejarse de una posición óptima. Januzaj jugó libre y, por momentos, intentó ser la manija del equipo. Mucha personalidad de un jugador que va a dar que hablar en los próximos años.
Fellaini es un delantero. Y punto. En cualquier jugada al azar, cuando la pelota se va embarrando y el momentum se diluye, Fella sale de su posición y pone el toque justo para devolverle vida a la pelota. Inmediatamente después, el pique al área para buscar su posición. Lo más llamativo es la incapacidad de detenerlo que mostraron las defensas hasta acá. Si, es alto. Si, cabecea bien. Bélgica va a buscarlo con centros. Entonces, si todos sabemos lo mismo, ¿Cómo es que no lo pueden parar?
Vanden Borre tuvo 90 minutos en donde sacó a pasear todo el manual de su juego. Hizo su jugada, y nos hizo delirar. También nos volvió loco con su manera de mostrarse perdido, posicionalmente. No era un lateral derecho, no era un central, no era un mediocampista. Pero puso unos cortes precisos y preciosos, en momentos donde Corea se animaba.
Un equipo que al final del primer tiempo se quedó con diez hombres, porque Defour también quiso mostrar todas las cosas que te contamos en WPT, meses previos al Mundial. El hombre térmico lo hizo de nuevo. Que pedazo de pelotudo. Perdónenme. Pero mis diferencias con Defour son evidentes. El tipo después va, mete la pata justa, el pase impensado, o rompe el esquema desde afuera del área. Y se hace expulsar contra Corea. Date cuenta, te necesitamos.
Bélgica, decíamos, volvió a ganar un partido sobre la hora. Gracias a Vertonghen. Bah, gracias a Origi, que hizo una de Carbonero. Si, leyeron bien amigos colombianos. Origi vio los tapes de Carlos Carbonero en su último semestre en River. Solo eso explica la inventiva fugaz que permitió encontrar a Corea mal parado.
Entonces Bélgica, sin mostrar su fútbol, alternando nombres y encontrando la llave del partido desde el banco, clasificó primera en su grupo. Con puntaje perfecto, algo nunca antes logrado por esta nación en un Mundial. Con un solo gol en contra, producto de un penal en el primer partido. Jugando «mal». Porque eso es lo que ve la gente. Bélgica juega mal. Y lo pinchan. Y lo quieren ver sangrar. Y el morbo quiere una eliminación belga ante Estados Unidos. Porque nos decepciona la performance belga. Si no fuera así, como explicar estas caras.
¿Cómo no entender la amargura de una fanaticada que viajó hasta el fondo de América del Sur? Porque este equipo no le da nada al pueblo belga, y hay que entenderlos. Esto es un desastre, una verdadera tragedia. Miren con sus propios ojos la desazón que alberga los corazones de Flandes.
Paremos un poco. Mejor dicho, paren un poco. Porque si algo aprendí yendo a 15 terapeutas en 10 años es el concepto de proyección. Y les vengo a decir, pueblo argentino, que están proyectando. Argentina no es Bélgica. Y Bélgica no es Argentina. Nosotros, los argentinos, exigimos y exitamos. En el sentido de celebrar las proezas y borrarnos en las difíciles. Creanme, lo que está pasando con Bélgica tiene al país eufórico. Pero, ¿cómo? Si esos muertos ganaron tres partidos de pedo y no mostraron nada con todas las figuritas de FIFA 14 que tienen.
Vení, que te digo que se siente. 12 años de ausencia en competiciones de peso. Desde Corea/Japón 2002, Bélgica no jugó un Mundial, no jugó una Euro. No compitió. Y esto recién empieza. El pueblo no le pide nada a esta selección. Simplemente cree en ellos. Como nosotros. Creen en un proyecto que tiene 2 años de vida, y va a completar un tercio de su etapa inicial. Ganó una eliminatoria de punta a punta. Consolidó un esquema futbolístico que, cuando engrana, es imparable. Un esquema que insinuó por momentos en esta Copa, pero nunca pudo clarificar. Ansiedad, miedo, llamenlo como quieran.
Pero dense cuenta de algo: Bélgica no es Argentina. Bélgica no depende de la brillantez de un Messi. Bélgica no tiene a un Agüero o un Higuaín. Bélgica es un equipo. Un proyecto. Una idea. Y ustedes se rasgan las vestiduras porque no ven nada de eso. Y lo hacen, cuando en menos de una semana probablemente Argentina se vea las caras con estos tipos.
Ustedes están pinchando a un equipo que no hay que molestar. Porque, si jugando mal, como así lo entienden, ganó 3/3, imaginate que puede pasar si juegan bien. Si yo fuera Wilmots, en un posible vestuario pre-Argentina del sábado, empapelaría las paredes con los tuits maliciosos que miles de argentinos escupieron viendo los partidos de Bélgica. Con eso debería alcanzar.
Tantos años preocupándonos por Alemania, descuidamos al resto. Esperemos que Bélgica no sea el nuevo cuco. Las banderas se parecen, eh.
Este Martes, Bélgica juega contra USA, el equipo más raro del mundo. Wilmots tiene la dura tarea de encontrar el equipo, entre tantas lesiones de jugadores clave en el fondo. Honestamente les digo, puede pasar cualquier cosa. Estimo que Bélgica va a ganar. Que se va a meter en cuartos, como dijimos un año atrás, sin conocer el sorteo. Bélgica va a ser top 8 en su primer Mundial en 12 años. En su primer fase del proyecto. Y yo, su servidor, voy a tener que cumplir otra promesa y teñirme la bandera belga en la cabeza.
Viviendo en Argentina, en la semana previa al cruce de cuartos de final.
Waffles para Todos entra en su momento más duro. Y los invitamos a todos a acompañarnos.
Por Fede Praml