Miedo en los huesos

LESIONES

 

«Sentí una molestia, pero decidí jugar»- avisó Eden, horas antes de la vuelta ante el PSG. El resultado fue un cambio por Schürrle en menos de 20 minutos y la parálisis cardíaca de dos pueblos: uno azul y con un déficit de dos goles, otro tricolor y bilingue, a 60 días de la cita brasilera.

La nefasta ruptura de Casteels no trae verdaderas consecuencias al funcionamiento de la Wilmotsneta, pero el timing de la misma resulta trágico y alarmante a la vez. Benteke venía de romperse, feo, en un entrenamiento. No va a haber mundial para ninguno de los dos. La palma abierta que fue el cachetazo volvió a buscar nuestra mejilla, esta vez con el dorso, dejando afuera al tercer arquero. Con la sangre bajando de la nariz hasta el labio superior, cuando uno atina a comprobar la mancha roja en nuestra mano y decir «nadie me hace sangrar mi propia sangre», un piquete de ojos artero nos cegó de nuevo. Hazard se hizo bubu.

Rebobinamos. Víctor Valdés sufrió el Karma de no renovar un contrato. Falcao se destruyó en un partido de Copa Francia, y esta semana nos volvió a hacer llorar con un emotivo encuentro con su fan número 1. Gundogan visita manosantas desde Agosto del 2013. Khedira Sami, desde aquel amistoso de Noviembre ante Italia, Brasil queda cada vez más lejos. Strootman está en el álbum de Panini, y se va a sumar a una investigación de WPT de «jugadores de álbum Panini que vieron el mundial en el sillón». Theo Walcott paga el precio de la precocidad, el Ícaro inglés no parece poder reconciliarse con los dioses del fútbol. ¿Más? Michael Ballack se quedó afuera del mundial de Sudáfrica, semanas antes. Van Basten no fue a USA 94. Beckham fue marginado por Duscher y tampoco vio tierras africanas en el 2010. Baggio no pudo despedirse de Italia en un mundial. Di Stefano se ausentó en Chile. Schuster, Ayala, Pirés, Ferdinand, Juninho, Cissé. Podés armar un equipo.

Cuando pasó lo de Valdés me acordé inmediatamente de Cañizares.  A nada de arrancar la Eurocopa, Santi fue y se puso a hacer jueguito con un frasco de perfume. Esas cosas no pasan, hasta que pasan. En la previa a los enormes torneos futbolísticos los jugadores se lesionan, caen como moscas. ¿Es porque estamos más atentos?

Hay algo más. En 1998 J. Williams y M. Andersen vincularon al estrés con las lesiones deportivas. «El deportista, ante una situación potencialmente estresante, responde con ciertos niveles de estrés al realizar una valoración de la situación (lo que demanda la situación, sus propios recursos y las posibles consecuencias), lo que provoca cambios fisiológicos a nivel de tensión muscular y cambios atencionales, lo que aumenta las posibilidades de que el deportista se lesione en esa situación. El modelo teórico que presentan señala que en situación de estrés (distress), el músculo se ve expuesto a mayor tensión de la necesaria en sus movimientos y ejecuciones y se fatiga antes, pudiendo provocar roturas musculares más fácilmente. Por otro lado, la atención varia en situación de estrés, el foco atencional se estrecha y hace que el deportista no reciba los mismos estímulos o información que en situación normal o de no estrés, por lo que las decisiones que toma puede que no sean las más acertadas y se exponga más a situaciones de riesgo de lesión, como por ejemplo precipitarse en la disputa de un balón sin medir adecuadamente.

Resulta completamente lógico. Sos Hazard, jugás liga y Champions League. Quedan 60 días para el mundial. Tu selección no juega un torneo internacional desde el 2002. Sos la carta de presentación. Te lesionas o te ahogas en morfina, minas, boliches, escándalos. Ahora reemplaza «Hazard» por «Fellaini», «Benteke», «Witsel».

Hoy volvió Diego Costa, después de salir ante el Barcelona en la ida de los cuartos de final, por precaución. Metió un gol y se la puso contra el palo. Casi se rompe la rodilla metiendo un gol. Ah, si toda sale bien, va al mundial con la selección española. Menos brujas, más análisis.

Por Fede Praml (@Tuitbol)

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