Vengo a defender a Romelu Lukaku. El delantero de Everton está en el ojo de la tormenta después de unas «desafortunadas» declaraciones de dudosa procedencia, que están redireccionando hacia él las críticas de los furiosos y decepcionados hinchas toffees por la pésima campaña del equipo.
¿Qué es lo que pasó? Después del partido del miércoles entre Chelsea y Everton en Stamford Bridge, que los Blues terminaron ganando con un gol de Willian en el minuto 89, el diario The S*n publicó unas declaraciones de Lukaku, donde manifestaba su deseo de volver a un club top como Chelsea.
«Fue brillante haber jugado para Chelsea y tuve una buena recepción. Ellos saben que soy un buen jugador, pero quiero desarrollarme para eventualmente poder volver a jugar en un club como Chelsea. No tengo una ambición secreta de regresar, hay otros equipos en el mundo. Yo solo quiere crecer como jugador y eventualmente arribar a un club top nuevamente», habría dicho el belga.
Digo «habría», porque estas palabras las publica un diario muy poco confiable. Aunque más que dudar de la veracidad de estas declaraciones, permítanme dudar del deseo de hacerlas públicas de Rom. Ya es conocido el modus operandi de Rupert Murdoch, dueño de la News Corporation, que administra The S*n. Espionajes, teléfonos pinchados y, por qué no, publicar declaraciones en off.
Pero bueno, hagamos de cuenta que Lukaku sí dijo esto, y sí dio su consentimiento para que se publique. Puede haber pecado de ingenuo o de sincero, sobre todo por la falta de tacto, teniendo en cuenta el mal momento que atraviesa Everton y lo susceptibles que están en Goodison Park, ya que las expectativas eran muy altas para esta temporada y ahora se tienen que conformar con seguir vivos en la UEFA Europa League, sabiendo que ganarla es la única esperanza que tienen para jugar competencias europeas en 2015-16.
Las declaraciones del delantero no cayeron nada bien en Everton. Se puede ver en este artículo del Liverpool Echo, por ejemplo, donde cargan contra el belga por sus dichos y aprovechan para criticar su juego. Lo que más molestó a los Toffees fue la conjunción de las palabras «Chelsea» y «club top». En una clase de historia, el artículo le recuerda a la Lukaku que los 9 títulos de liga, las 5 FA Cup, las 2 Copas de la Liga, los 5 Charity Shield y la Copa UEFA que ostenta Everton en sus vitrinas superan los títulos de Chelsea.
Pero seamos realistas, cuando un jugador habla de un club top se refiere al presente. Y aunque en el artículo también se haga mención de las buenas campañas de Everton en los últimos diez años, hay dos grandes ausencias que hacen a un club top: títulos y UEFA Champions League. La última vez que los Toffees jugaron la Champions fue en 2005 y no pudieron pasar la fase previa para entrar a los grupos. En cuanto a títulos, la última liga la ganaron en la temporada 1986-87, cuando Lukaku todavía no había nacido, y ganaron la FA Cup y el Charity Shield en 1995, año en el que Romeo estaba celebrando su segunda primavera.
Entonces, lo que hay que entender acá es que el deseo de jugar en un club top se refiere a jugar la Champions y pelear el título en la liga, dos cosas que le vienen siendo esquivas a Everton hace mucho tiempo, y que Chelsea, por ejemplo, ya ha hecho costumbre desde la llegada de Abramóvich.
Lo que pretendo acá, como seguidor de Everton, es señalarle a los Toffees que lo peor que pueden hacer ahora es agarrárselas con Lukaku. Sí, el rendimiento del belga cayó; no es lo que se esperaba cuando se pagaron 35 millones de euros por él. El artículo citado le apunta a su flojo juego aéreo y su casi nula capacidad de aguantar la pelota, dos ítems con los que no estoy muy de acuerdo, aunque eso no viene al caso. Pero cómo pretender que el delantero se destaque cuando el equipo juega decididamente mal. Imprecisiones por doquier, un sistema defensivo que hace agua en todos lados y la falta de juego asociado hacen que el poder ofensivo del equipo haya decaído considerablemente respecto de la temporada pasada. Sobre todo en este 2015, cuando Martínez, después de ganar uno de sus últimos 13 partidos, optó por cuidar el cero en el arco y renunciar a jugar, algo que ya se vio claramente en los últimos tres partidos, donde el pelotazo a Lukaku para que se las arregle solo es la única variante que muestra el equipo en ataque.
Todos estamos de acuerdo en que Romelu tiene mucho más para dar y que sus declaraciones no fueron atinadas. Pero la susceptibilidad de los Toffees no tiene que arrastrarlos a pedir la cabeza equivocada. Lukaku es posiblemente el mejor jugador del equipo en esta floja temporada, y aunque su cuota goleadora ha estado por debajo de lo esperado (lleva 10 goles contando todas las competencias), no se olviden que en el banco está sentado Arouna Koné.
Por Joaquín Mosquera (@joaquinmosquera)